viernes, 3 de diciembre de 2010

La tontuna de ZP...

Es producto puro de lo que los psicólogos evolucionistas llaman "folk economics". Alberto Gómez detalla los efectos de folk económics en una persona con poder, pero ignorante y alejada del mercado en el seno de una sociedad opulenta para producir un sociata virulento y sectario:

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Los homínidos no fabricaban nada, excepto piedras cortantes. Los únicos bienes, la carne y los frutos de animales y plantas salvajes, los producía la naturaleza. Estos se apropiaban y consumían casi inmediatamente. De ahí heredamos la intuición primitiva de considerar que cualquier cosa apetecible que aparece ante nuestros ojos constituye un objeto de legítima apropiación... o de reparto a regañadientes. Para darse cuenta de ello basta observar a los niños. La noción primitiva de propiedad existía y existe, pero con respecto a lo de uno mismo, no con respecto a lo que es de los demás. La propiedad de otros era y es algo discutible para los primitivos, los niños y los no educados.

Ya que los recursos no se fabricaban sino que estaban dados por las circunstancias naturales y se agotaban localmente –de ahí la vida nómada de los hombres primitivos–, hemos heredado la intuición de que tener más significa que otros tienen menos. Por tanto, para lo más profundo de la psique de un hombre ignorante como ZP, los humanos no producen ni crean, sino que explotan, ya sea la naturaleza o a otros humanos.

Pero si situamos a un hombre primitivo en el mundo actual, y le mantenemos fuera de contacto con el mercado –por ejemplo dándole un asiento en el Congreso–, para él resultaría evidente que vivimos es una época con superabundancia de bienes y de riqueza a la vista de la publicidad y los escaparates que produce el sistema de incentivos del mercado, del cual él es ignorante. En el mundo actual de relaciones anónimas, ese hombre no conocerá los méritos que ha hecho cada uno para poseer algo más que él. Tampoco conoce ni reconoce el esfuerzo que han hecho los que han fabricado ese bien tan caro que le venden. Para ese hombre, las percepciones primitivas de superabundancia y de "injusticia distributiva" son inevitables en el mundo actual.

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